¡A ESTA INVITO YO!

Durante diciembre, desde el equipo de GAiN queremos no solo cuidar a las personas que necesitan tu ayuda en los distintos proyectos, sino también cuidar de ti. Por eso, estas navidades te queremos regalar este calendario de adviento para que puedas DESCONECTAR, REFLEXIONAR, AGRADECER y CELEBRAR.

 ¡Relájate y disfruta!

DÍA #8

Hoy te invitamos a sacar tu lado más manitas.

Para ello te ofrecemos el tutorial de este punto de luz con forma de arbolito para que lo pongas en cualquier rincón de la casa en estas fechas.

Aquí puedes ver el vídeo tutorial y después de este las instrucciones por escrito.

Los materiales que vas a necesitar son:

  • Un trozo de cartón
  • Tijera o cutter
  • 8 palos de brochetas de unos 20cm aprox.
  • Cuerda del tipo que quieras
  • Silicona caliente o pegamento fuerte
  • Guirnalda de luz pequeña

Aquí te explicamos el paso a paso:

1.- En el cartón, recorta un círculo de unos 8cm de diámetro y dentro del círculo otro más pequeño de unos 5cm de diámetro.

2.- Con la silicona caliente o pegamento fuerte, pega los palos (con la punta hacia arriba) alrededor del círculo, uno en frente del otro tal y como se ve en el vídeo.

3.- Pega las puntas intentando que quede lo más puntiagudo posible.

4.- Empieza a rodear con la cuerda desde la base. Aplicando pegamento o silicona en algunos puntos, lo mejor es que al principio lo hagas más seguido para darle más firmeza, pero a medida que subes y los palos están más cerca, aplicar menos pegamento o silicona.

5.- Cuando llegues a la punta, intenta cortar lo más raso posible. Ya tienes tu “arbolito” montado; si quieres puedes decorarlo por fuera con bolitas, pegatinas de estrellas, etc.

6.- Mete la guirnalda por el hueco de la base.

TA-DA!! Aquí tienes un precioso punto de luz hecho por ti mismo/a.

Esperamos que lo hayas disfrutado y te haya servido para desconectar.

Si te animas, comparte por el canal o por stories de instagram tu creación o tu proceso 🙂 (etiquetando a @gainspain)

Queremos que sigas soñando,

con ver la vida de personas en situación de extrema vulnerabilidad ser transformada por el amor de Dios puesto en práctica. Te invitamos ayudarnos a hacer posible seguir estando presentes el año que viene al lado de las personas que más lo necesitan.

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Campo de refugiados Lesbos (Grecia)
Campo de refugiados Lesbos (Grecia)
Campo de refugiados Lesbos (Grecia)

Por Uli Fischer (GAiN)

Lo que parece el comienzo de un cuento de Las mil y una noches, no es en realidad más que una pesadilla.

Najib* es un joven de 18 años que se presenta ante nosotros todos los días desde que empezamos a trabajar en este lugar concreto del campo de refugiados. Estamos a punto de reconstruir una estructura que se quemó hace unos meses (lo que provocó que unas 80 personas del campamento se quedaran sin vivienda e incluso se perdió una vida). Najib se muestra amable e interesado. Parece que le gusta practicar su inglés para relacionarse con la gente. En un momento de la mañana dice: «Ahora tengo que irme, tengo una cita en la selva» (se refiere a la parte del campamento que no está incluida en el perímetro oficial). Uno de los hombres que vive allí está enseñando inglés a quien quiera aprenderlo. Creo que es mejor aprender a dormir o jugar todo el tiempo». Y se va.

«¿Puedo ayudarte?», me pregunta cuando vuelve por la tarde. Durante una pausa me cuenta que lleva tres meses viviendo aquí. Su madre y su padre murieron en Afganistán y él vino junto con su tía y los hijos de ésta. Como a ellos les permitieron trasladarse a Atenas -y a él no-, ahora vive solo y espera conseguir un sello de mejor color en su «Ausweis», el documento oficial en el cual sellan la resolución de asilo. Por el momento, su color sólo le permite moverse en las proximidades del campamento y, por supuesto, no puede trasladarse a la Grecia continental o incluso más allá.

«Hay muchos Ali Babás en el campamento», me dice (aquí a los ladrones se les conoce como Ali Babás). Continúa diciendo que una noche, a eso de las 4 de la mañana, cuando estaba profundamente dormido, alguien cortó la pared de plástico de su «casa» y quiso robarle lo poco que tenía: móvil, tarjeta de crédito del gobierno griego y su Ausweis. Luchó contra los ladrones enmascarados, pero uno tenía un cuchillo y le cortó. Ahora veo la larga cicatriz a lo largo de su barbilla que está algo cubierta por una barba de tres días. Las marcas de más de diez puntos de sutura son bien visibles. No quiero ni imaginar lo que podría haber pasado: un poco más abajo y probablemente Najib ya no estaría vivo (como bastantes personas que pierden la vida en aquí). Le digo que me alegro mucho de que esté vivo y de que podamos estar aquí y hablar.

Najib quiere ser médico. Espero que la vida no le robe también este sueño.

Un cuento de ‘Las mil y una noches’ sonaría diferente. Sin embargo, es la historia de Najib. ¿Y para qué sirven los cuentos? Para entretener, para encantar, para cautivar, para pensar, para actuar… ¿Qué estoy haciendo con las historias que escucho? ¿Qué haces tú con las historias que escuchas?

*Nombre cambiado por razones de seguridad