Huyen de la guerra, de la persecución y de condiciones de vida indignas, para verse atrapados y malviviendo en campos de refugiados u otros lugares en condiciones inhumanas.
A día de hoy existen más de 26 millones de personas que han tenido que huir de sus países por la violencia, según la agencia de la ONU Acnur. El 73% de estas personas han terminado en países vecinos a su país de origen. Sin embargo, hay muchas personas y familias que deciden tomar la peligrosa ruta hacia Europa.
GAiN trabaja junto a colaboradores locales en puntos de concentración de refugiados y migrantes como Lesbos y otros campos de refugiados en Grecia, Islas Canarias, Bosnia… Deseamos aliviar el sufrimiento de estas personas y familias mediante el envío de ayuda humanitaria, equipos de voluntarios y otras formas de apoyo según la necesidad.
¿TE SUBES AL BARCO?
Y TÚ… ¿DE QUÉ LADO DEL BARCO ESTARÍAS?
Descubre las probabilidades que tendrías de huir o de quedarte en caso de guerra, hambruna, persecución u otras causas similares.
Hay momentos. Es como si algo te estrangulara, necesitas hablar con alguien, que alguien se dé cuenta de ti, no solo por escuchar, pero no lo hay, y quieres salir y hacer que tu espíritu encuentre un rescate.
Estoy segura de que los momentos duros son para cada persona que vive en este planeta, pero algo va mal, para mí se supone que ya debería ser suficiente.
Tengo algunos sueños, como toda chica de mi edad. Quiero hacerlos realidad, no quiero desperdiciar los días dorados de mi vida aquí. Pretendo que soy fuerte, pero no lo soy. Quiero terminar, pero tengo miedo de eso.
Este lugar convierte a la gente en algo que no son. En realidad, han perdido la esperanza. Me puedo dar cuenta completamente de esto. Hay momentos en los que prefieres rendirte.
A pesar de todo, sigo pensando en mis sueños. Cada noche.
*Nombre cambiado por razones de seguridad
NAJIB Y SU EXPERIENCIA CON ALÍ BABÁ
Najib es uno de los muchos chicos y chicas que se acerca a nuestro equipo mientras trabajamos, y uno de los pocos con los que me he podido sentar y hablar con más tranquilidad…
Lo que parece el comienzo de un cuento de Las mil y una noches, no es en realidad más que una pesadilla.
Najib* es un joven de 18 años que se presenta ante nosotros todos los días desde que empezamos a trabajar en este lugar concreto del campo de refugiados. Estamos a punto de reconstruir una estructura que se quemó hace unos meses (lo que provocó que unas 80 personas del campamento se quedaran sin vivienda e incluso se perdió una vida). Najib se muestra amable e interesado. Parece que le gusta practicar su inglés para relacionarse con la gente. En un momento de la mañana dice: «Ahora tengo que irme, tengo una cita en la selva» (se refiere a la parte del campamento que no está incluida en el perímetro oficial). Uno de los hombres que vive allí está enseñando inglés a quien quiera aprenderlo. Creo que es mejor aprender a dormir o jugar todo el tiempo». Y se va.
«¿Puedo ayudarte?», me pregunta cuando vuelve por la tarde. Durante una pausa me cuenta que lleva tres meses viviendo aquí. Su madre y su padre murieron en Afganistán y él vino junto con su tía y los hijos de ésta. Como a ellos les permitieron trasladarse a Atenas -y a él no-, ahora vive solo y espera conseguir un sello de mejor color en su «Ausweis», el documento oficial en el cual sellan la resolución de asilo. Por el momento, su color sólo le permite moverse en las proximidades del campamento y, por supuesto, no puede trasladarse a la Grecia continental o incluso más allá.
«Hay muchos Ali Babás en el campamento», me dice (aquí a los ladrones se les conoce como Ali Babás). Continúa diciendo que una noche, a eso de las 4 de la mañana, cuando estaba profundamente dormido, alguien cortó la pared de plástico de su «casa» y quiso robarle lo poco que tenía: móvil, tarjeta de crédito del gobierno griego y su Ausweis. Luchó contra los ladrones enmascarados, pero uno tenía un cuchillo y le cortó. Ahora veo la larga cicatriz a lo largo de su barbilla que está algo cubierta por una barba de tres días. Las marcas de más de diez puntos de sutura son bien visibles. No quiero ni imaginar lo que podría haber pasado: un poco más abajo y probablemente Najib ya no estaría vivo (como bastantes personas que pierden la vida en aquí). Le digo que me alegro mucho de que esté vivo y de que podamos estar aquí y hablar.
Najib quiere ser médico. Espero que la vida no le robe también este sueño.
Un cuento de ‘Las mil y una noches’ sonaría diferente. Sin embargo, es la historia de Najib. ¿Y para qué sirven los cuentos? Para entretener, para encantar, para cautivar, para pensar, para actuar… ¿Qué estoy haciendo con las historias que escucho? ¿Qué haces tú con las historias que escuchas?
*Nombre cambiado por razones de seguridad
VUESTRA AYUDA EN IMÁGENES
ESTAS PERSONAS YA SE HAN SUBIDO AL BARCO, ¿Y TÚ?
Saber que hay una organización cercana que está ayudando de manera práctica allí, a la que puedo ayudar con mis recursos económicos, me hace ver que sí podemos hacer algo más que abrumarnos ante una situación así.
Sara Pérez,
donante
Al momento de formar parte de la ayuda es como que sales de tu mundo, de tu comodidad… Cuando formas parte del servicio a los demás, te das cuenta de que estás hecho para algo más que vivir para ti.
Vinicio Beltrán,
voluntario en el almacén
Jamás se me había pasado por la cabeza que algo tan básico como la higiene personal no estuviera al alcance de todos… Me sorprendió mucho cómo la gente se implicó en la campaña.
Con bastante probabilidad, no saldrías de tu país en una situación de guerra, persecución, hambruna o escasez, por una de dos razones:
No te sería necesario ya que, por ejemplo, eres de la mayoría religiosa y étnica y apoyas al partido dominante, además de tener ahorros y/o familiares económicamente solventes y dispuestos a ayudarte. Si este es tu caso, enhorabuena, no tendrás mucho de lo que preocuparte en comparación con el segundo caso y con las personas que se verán forzadas a huir, aunque a nadie le gusta vivir en un lugar donde la paz y los derechos humanos fundamentales brillan por su ausencia. Si se trata de una guerra, hay otro factor a tener en cuenta: no vivir en una zona en conflicto intenso. En ese caso, da igual tu ideología, creencia o poder adquisitivo. Las bombas no llaman puerta por puerta para preguntar.
Las circunstancias te impedirían huir aunque quisieras ya que, por ejemplo, por mucho que tu seguridad y la de tu familia corra peligro por tus posiciones políticas y creencias, ni tu ni tu familia extendida tiene el dinero suficiente para costear el viaje de huida. Si este es tu caso, lamentamos decirte que tu situación sería la menos deseada, viviendo en un lugar donde tu vida corre peligro por la violencia o por la extrema pobreza y falta de oportunidades (o por todas), sin poder aspirar a algo mejor. Soñarías con tener el mínimo dinero para escapar y, en el peor de los casos, puede que no viese más salida que la de venderte a las mafias con fines de explotación (sexual, laboral, etc.).
DE 5 A 8 – Tienes todas las de salir
Cuanto más se acerque tu puntuación al número 8, más razones tendrías para huir en busca de un lugar en el que intentar sembrar un futuro más esperanzador, principalmente por las siguientes razones:
Por capacidad adquisitiva: puedes costear el viaje y la supervivencia, al menos para los próximos meses. No obstante, es bastante probable que gastes todos tus ahorros y tengas que tirar de los ahorros de tu familia extendida, la cual esperará que les devuelvas el favor cuando alcances un destino relativamente estable. Es por eso que te urge encontrar una fuente de ingresos lo antes posible, aunque sea mínima, pero… ¡sorpresa! La solicitud de asilo tarda más de lo que debería y te encuentras junto a tu familia malviviendo durante meses y meses en un campo de refugiados donde lo único a lo que aspiras es al traslado a un campo de refugiados en mejores condiciones.
Por necesidad: tu vida y la de los tuyos está en juego. Por muy poco que tengas ahorrado o que tu familia extendida pueda prestarte, te será mejor encontrar la forma de huir. Cuanto menos dinero tengas, más larga y arriesgada será la ruta hacia tu país de destino. Con casi total seguridad, acabarás en un campo de refugiados o en algún complejo de acogida. Incluso en un campo de refugiados, el dinero del que dispongas puede determinar muchas cosas: tener más comida, más ropa, más mantas, más productos de higiene, tener instalación de luz, etc. Sin embargo, otras cosas no las podrás decidir por mucho dinero que traigas, por ejemplo: tener que compartir servicios y duchas con más de cien personas o el reducido espacio en la tienda que te asignen. Si eres hombre soltero, puede que ni siquiera te asignen tienda.
Por supuesto, hubieras deseado no tener que huir y, muy probablemente, no dejarás de mirar al futuro con la esperanza de volver algún día.
DESCUBRE MÁS EN LA EXPLICACIÓN DE LOS RESULTADOS MÁS ABAJO EN LA PÁGINA.
¿DE QUÉ LADO ESTARÍAS?
En una situación así, pocas personas se sienten realmente dueñas de su destino y las circunstancias personales juegan un papel determinante.
¿CUÁNTAS DE ESTAS AFIRMACIONES SON CIERTAS PARA TÍ?
Tengo ahorros suficientes para sobrevivir durante al menos cinco meses o podría conseguirlos (por ejemplo, vendiendo propiedades)
Soy hombre
Tengo hijos
Tengo familiares viviendo en otros países
Mi familia extendida tiene dinero de sobra para suplir nuestras necesidades básicas y estaría dispuesta a cubrirlas.
Pertenezco a una minoría étnica o religiosa (puede ser una minoría confesional, por ejemplo, protestantes en el cristianismo en España)
Voto o simpatizo con un partido político con ideología contraria al partido gobernante en estos momentos.
He compartido mi posición política o religiosa con personas fuera de mi familia (si has participado en concentraciones o manifestaciones, puedes sumar un punto extra)
Haz la suma y descubre tus posibilidades de acabar buscando una vida con más oportunidades fuera de tu país.
Cierra esta ventana emergente y haz clic en el botón «VER RESULTADOS».
Error: Formulario de contacto no encontrado.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo. Consulta nuestra Política de cookiesVale