Y TÚ, ¿PARA QUÉ QUIÉN PIDES ESTE AÑO?
Seguro que tú también te familiarizas en Navidad con la típica pregunta: «¿Qué te has pedido este año?». Quizá ya no te la hagan a ti, pero seas tú quien la formula. La verdad es que, aunque hayamos dejado de ser niños que piden regalos a los Reyes Magos o Papá Noel, seguimos siendo seres llenos de anhelos, deseos e incluso esperando «regalos» con los que poder disfrutar de la vida que nos rodea.
2024 está terminando de una forma muy triste para España, con las imagenes devastadoras de la DANA en Valencia aún muy recientes. Los desastres naturales y crisis humanitarias en general son capaces de borrar los anhelos y esperanzas en las personas que las sufren, pero también tienen el poder de hacernos salir de nuestra burbuja a quienes las vemos desde fuera para intentar devolver un poco de esos anhelos y esperanzas perdidos.
Así que, ¿qué tal si este año invertimos la pregunta? ¿Qué tal si este año, en vez de preguntarnos qué nos hemos pedido, nos preguntamos para quién pedimos?
ERBIL (Irak)
Su nieta estaba radiante cuando lo explicaba: «El abuelo ya no puede caminar tan bien. Por eso quería quedarse en nuestra casa en Irak cuando todos tuvimos que huir. Pero mamá y papá no querían dejarlo solo. Se quedaron con él. Nosotros en cambio caminamos mucho con mis tíos, tías y primos. Dormimos fuera durante dos noches. Entonces un buen hombre nos dejó quedarnos en su campamento. Al principio pensamos que podríamos volver pronto, pero por el momento tenemos que quedarnos aquí. Y de repente mamá, papá y el abuelo estaban con nosotros otra vez. Mamá llora mucho. Estoy tan contenta de que el abuelo lo haya logrado».
La nieta escuchó explosiones y disparos. Los adultos no le contaron el drama de la fuga. Esperaban que los combatientes del ISIS se fueran, pero los encontraron y los amenazaron: «¡Si no se van, les cortaremos la cabeza!» Todo el mundo tenía que correr, incluido el abuelo de 90 años, y el SIS los persiguió con motocicletas y rifles durante mucho tiempo. Habían perdido todo, pero al menos estaban vivos. En algún momento encontraron un taxi que llevó a los que ya no podían caminar los últimos kilómetros a Erbil. Allí se encontraron con sus parientes de nuevo. El misericordioso propietario de un restaurante había vaciado su cobertizo sin más, les dio refugio allí y los cuidó.
Como muchos otros, la familia ha estado esperando la oportunidad de regresar. El cobertizo no es cómodo: el techo está agrietado, hay escorpiones y la familia vive allí con 40 personas en un espacio muy pequeño. ¡Pero ellos viven! GAiN también ha proporcionado a esta familia queroseno para calentarse y cocinar, alimentos, ropa y mantas. Sin embargo, su gran pregunta es: ¿Cómo continuará?
Campo de refugiados de Moria (Lesbos)
Hoy conocí a Z. Vivía en una parte del contenedor donde instalábamos más camas, ya que se mudaban nuevas personas que acababan de llegar. Mi colega y yo estábamos afuera esperando a nuestros otros colegas y se detuvo a hablar con nosotros, preguntando si teníamos algún consejo para una espalda dolorida. Traté de ayudarlo sugiriendo algunos ejercicios que podía hacer, y la conversación fluyó desde allí.
«Había dos cosas que nunca me perdería en Afganistán: el cricket (ver o jugar) y la clase de inglés».
De hecho, su inglés era impecable.
«Solía traducir para médicos y psicólogos. Vi a algunos hombres en posiciones poderosas, cuya firma podía cambiar el curso de la vida de una persona, derramar lágrimas y mostrar gran temor, ya que admitían ciertas cosas en esas sesiones Tenían que compartir esto para que pudiéramos ayudarles.
Cuando era más joven, tenía curiosidad por las relaciones y la vida. Si mirabas mi historial de Google, encontrarías temas como «cómo ser un buen novio o marido», «cómo saber si le gusto a una chica», y «por qué estoy aquí», «cuál es el significado, la filosofía de la vida». He aprendido que todos somos una sola raza, la raza humana. Y debemos ser buenos y hacer el bien. Nada más importa».
En un día tan lleno de impresiones y emociones, de luchas con la comunicación y de barreras lingüísticas y culturales, aquí hubo un momento para conectar con otra persona. Y sí, una de las primeras cosas que dijo cuando lo conocí fue, «No puedo esperar a salir de aquí», pero honestamente, ¿quién no lo haría?
ASÍ AVANZA NUESTRA META DE 25.000€
*El coste medio aproximado del envío de un trailer completo con ayuda humanitaria a un país fuera de la comunidad europea es de alrededor de 4.000€. Esta suma no incluye los costes del transporte de donaciones en España de empresas y puntos de recogida, los costes de almacenaje o costes impositivos en aduanas. La cifra de 6 transportes de ayuda humanitaria es solo un ejemplo simbólico, pero nos comprometemos a usar los donativos para la gestión logística de nuestra respuesta actual a crisis humanitarias como las mencionadas arriba, incluida la respuesta a la DANA en Valencia.